La Resistividad Eléctrica: Si se pasa una corriente eléctrica de I amperios por un objeto, y la potencia se reduce V voltios, la resistencia R del objeto se calcula por la ley de Ohm

. (2)

Si este objeto es en forma del cilindro de largo L y sección A,

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donde ρ es la resistividad eléctrica de la materia. Se mide la resistividad eléctrica para medir la corriente I y la diferencia de la potencia V

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donde G es el factor geométrico que depende de la forma del objeto y la disposición de los electrodos utilizados para pasar la corriente y medir el voltaje. En la superficie de la tierra, el "objeto" es un plano infinito, donde los geofísicos utilizan varias configuraciones de electrodos.

Los minerales generalmente son aisladores eléctricos. Solamente los metales nativos, algunos óxidos y sulfuros con lustres metálicos, y la arcilla se clasifican como conductores. No obstante, el agua dentro de los poros de las piedras es conductor. Generalmente la resistividad eléctrica de las piedras y los suelos depende de la porosidad, su geometría, y la cantidad y cualidad de los fluidos que estén dentro de los poros.

En Talgua, se creía que habrían entierros, tal vez espacios llenos de aire, protegidos por piedras. Estos entonces tendrían resistividades mayores que los suelos, donde el agua capilar da a la corriente eléctrica una vía de baja resistencia. Utilizamos la configuración Lee (Fig. 14) para medir los cambios por perfil (Fig. 15) porque esta configuración se utiliza para buscar, rápidamente, cambios laterales. Los resultados (Fig. 16) muestran una resistividad aparente (ρa) mayor en los montículos que en la plaza al oeste del punto de referencia, pero en la plaza al este, la ρa aumenta. Una excavación en 1995 hasta 30 cm de profundidad no encontró la causa del cambio de la ρa.

Para estudiar como la ρ cambia verticalmente, se aumenta la separación de los electrodos progresivamente, tomando medidas en cada nueva separación. Esto se llama un sondeo eléctrico, y con él se pueden interpretar los datos para obtener las ρ de varias capas. Los datos de dos sondeos (Fig. 17), hechos con la configuración Wenner (Fig. 14) antes de excavar, son parecidos pero distintos. La interpretación, hecha después de regresar al laboratorio, indicó que los cambios de la ρ se encuentran entre 0.3 hasta 2.0 - 2.5 metros debajo de la superficie. Las excavaciones de 1996 encontraron una capa de grava (Fig. 18). Esta grava no es un depósito natural. Le faltan las estructuras sedimentarias de estratigrafía e imbricación, así como estructuras de corte y relleno. Que las gravas son un relleno hecho por seres humanos es una interpretación confirmada por el descubrimiento de pedazos de cerámica dentro de, un fogón debajo de, la capa de grava.

Con la configuración dipolo-dipolo (Fig. 14), se pueden medir los cambios laterales y verticales de la ρa. Realizamos cuatro perfiles (Fig. 19). El primero (Fig. 20a) pasó por la anomalía magnética en (-17, 31) (Fig. 8), pero no aparece nada en ese lugar dentro de los datos de la resistividad. Una anomalía interesante existe entre los 8 y los 22 metros (Fig. 20a). Es una región de alta resistividad localizada entre estructuras de baja resistividad. Probamos estos lugares con barrena. La materia de alta resistividad es arena fina y limpia, con poca arcilla. La materia de baja resistividad es arcilla del color moreno. Otras pruebas en este perfil encontraron suelo de tipo laterita, de color rojo. El segundo perfil (Fig. 20b) encontró una anomalía aislada en el metro 39. Un entierro podría presentar una característica como esta, de alta resistividad dentro de una región estrecha. El tercer perfil (Fig. 21a) muestra un cambio súbito en metro 33. Al oeste, se ve baja resistividad, mientras al este se ve alta resistividad. Bajo el montículo, entre los metros 43 y 51, la resistividad disminuye, pero crece en la plaza al este del montículo. Se ve la misma discontinuidad en el cuarto perfil (Fig. 21b). Las regiones de la resistividad alta corresponden al relleno de piedras pequeñas. Así se puede saber, sin excavar más, la distribución del relleno en Talgua.

Discusión: Stierman y Brady (1999) calcularon que el relleno representa unos 500 m3 de piedras, un trabajo que implica una sociedad desarrollada. Es probable que el relleno sea más grande. Este volumen fue calculado usando los datos conseguidos. La mayor parte del sitio no ha sido investigado. Más perfiles con la configuración dipolo-dipolo podrían cumplir el mapa del relleno en Talgua. El relleno parece un desagüe de piedra en una zanja, una estructura que utilizan los ingenieros modernos. Es posible que el relleno servía como alcantarilla. Durante el mes de junio de 1996, el agua no saturaba los poros aunque hacía mucha lluvia. Stierman y Brady (1999) creen que los habitantes del sitio construyeron montículos y cabañas en las partes altas del sitio, y llenaron las partes bajas con las piedras para construir una superficie donde fuese posible caminar, pero por la cual el agua pasa rápidamente.

Es posible que los habitantes del sitio construyeron también un acueducto. La arena limpia detectada por la resistividad en Perfil 1 (Fig. 20a), con riberas de arcilla, puede haber sido un canal construido por los habitantes para llevar agua al pueblo. Esta hipótesis se puede probar, primero, investigando la forma de la anomalía con la resistividad eléctrica y después con una excavación. Me parece que todos los asentamientos grandes deben tener acueductos y alcantarillados. Perfiles de la resistividad eléctrica en Los Naranjos y Copán podrían probar esta hipótesis. Generalmente, los arqueólogos se percatan más del arte que de la ingeniería de las ciudades antiguas.

Resumen: un estudio que utilice la geofísica y la arqueología puede investigar sitios más rápidamente que usar solamente el método de las excavaciones. Mediciones del campo geomagnético del área pueden localizar algunos fogones, y la resistividad eléctrica puede distinguir entre varios suelos y sedimentos. Con una computadora portátil es posible procesar rápidamente los datos para construir mapas e imágenes que les serían útiles a los arqueólogos.

BIBLIOGRAFIA

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